viernes, 20 de julio de 2007

MI queja

Desanimarnos cuando las cosas no nos salen bien, desanimarnos cuando no logramos los objetivos, desanimarnos cuando los tiempos se extienden, cuan difícil es mantenerse con la vista en alto, contemplando lo que no esta; mientras pensaba en esto recordé cuando los israelitas se quejaron con Moisés en el desierto de Sin, en ese lugar ellos enfrentaban una necesidad, tuvieron hambre, bueno, tuvieron mucha hambre, te imaginas las mujeres reclamandole a sus maridos por comida, los niños llorando y quejandose; el pueblo estaba con hambre, el pueblo no tenia comida, y en el desierto no había almacenes donde comprar provisiones, todos sus recursos se habían agotado, cualquiera podría decir "estos israelitas siempre quejandose" pero, ¿quien puede estar sin comer?; yo me hubiera quejado con ellos, creo que usted también se hubiera quejado conmigo. En su queja ellos decían:

Cómo quisiéramos que el Señor nos hubiera quitado la vida en Egipto! —les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes han traído nuestra comunidad a este desierto para matarnos de hambre a todos!
Éxodo 16:3

Pues si, que otra cosa se podía decir en medio de el desierto y con el estomago haciendo toda clase de sonidos, que otra cosa se podía decir cuando se tiene a los niños colgados de la túnica pidiendo pan, no se puede espiritualizar todo, pues ellos aunque hiban en camino a la tierra prometida, aun no estaban en ella, estaban en el desierto, y usted estará de acuerdo conmigo que ese lugar no es el mejor lugar, estos lugares tienen el poder de sacar a luz todo lo malo de nosotros, nuestras debilidades, nuestros lados flacos, estos lugares nos ponen a prueba, allí el que se creía fuerte se da cuenta que sus fuerzas no son nada.
Y uno trae a recuerdos que bien que la pasaba antes, esclavos, pero con nuestros vientres llenos, esclavos pero saciados. El hombre no ha cambiado para nada...hoy reaccionamos igual que hace 5000 años, cuando pasamos por desiertos lo primero que sufre son nuestras emociones ( digo esto haciendo referencia al vientre, se dice que allí se asientan nuestras emociones) y estamos tentados a satisfacerlas con cualquiera cosa inmediata al alcance de nuestra mano.
Uno tiende a escaparse y tener momentos pequeños de satisfacción, como paliativos para un corazón y una alma necesitada, sin embargo cuando el momento de placer termina continuaremos tan vacíos como siempre; si ellos hubieran tenido la oportunidad de volver hacia egipto, hubieran llenado sus vientres... pero seguirían siendo esclavos.
Dios lo había puesto en ese desierto, Dios estaba dejando que todo lo malo de ellos saliera a la luz, y Dios ya tenia la repuesta para su necesidad, el mana, el pan que cayó del cielo, Dios no estaba enojado con ellos, El quería enseñarles, el quería que en sus mentes y corazones se grabara que El supliría sus necesidades, en medio del desierto Dios habla, en medio del desierto Dios suple, en medio de las quejas y de los llantos Dios se acerca con misericordia, en medio de palabras y actos desagradecidos Dios abre los cielos sobre nosotros y deja caer su bendición.
En medio de nuestros desiertos Cristo se presenta ante nuestros ojos esperando que corramos a El, que tomemos la desición o de volver buscando las ollas llenas de carne o de correr a sus brazos, bien sabe nuestro corazón que solo en El, solo en Jesús hallaremos plenitud, egipto es solo una ilusión, un placebo, un engaño.
Solo Cristo satisface a mi corazón...Amén.-


1 comentario:

  1. exáctamente hermano, solo el corazón, y esa vajilla vacio solo DIOS la llena con su misericordia bondad y amor, nadie mas que el para llenar el gran vacio que existe en la humanidad. Es una bendición leerlo.

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